Mañana más, según va anocheciendo la ciudad vibra aún más y adquiere una magia especial...
Vuelvo a poner los pies en tierra firme, y no hago mas que mirar hacia arriba. Sólo de pensar en verme a mi misma en la última planta de uno de estos edificios gigantescos me mareo...
El funicular es el orgullo de Hong Kong, fue inaugurado en 1888 y este año celebra su 120 cumpleaños. Cubre una distancia de 1.4kms y el camino tiene una inclinación de entre 4 y 27 grados que va desde los 28 mts a 396mts sobre el nivel del mar. Dicen que no ha tenido ni un sólo accidente en todos estos años, lo que tranquiliza bastante porque una caida libre a 4 grados tiene que ser durita...
Salgo de allí y me dirijo a una estación de Metro, con un poco de suerte encuentro la oficina de turismo para conseguir al menos un mapa de la ciudad que me ayude a orientarme durante las próximas horas y me evite dar muchas vueltas, ya que el tiempo vuela. En 5 minutos ya me he preparado el itinerario del día, y acabo cumpliéndolo a rajatabla. Primera parada, el funicular, o ¨Peak Tram", al que llego después de bajarme en Central y caminar 10 minutos.
Por un momento me despisto y me encuentro a mí misma entrando en un centro comercial...Nooooo!!!!! Son las rebajas de verano...pero yo sólo busco un cuarto de baño. A lo largo del día comprobaré lo difícil que es hacer un pís en HK...
Donde estoy?? No tengo ni idea, todo va a toda velocidad, los edificios son tan altos que es muy difícil orientarse...
Me lanzo a la calle...sólo sé que estoy en la isla de Hong Kong, me he olvidado la ¨chuleta¨ con las cuatro notas que había hecho en el hotel buscando información para no perderme por esta loca ciudad, así que va a ser un día interesante...la aventura es la aventura!!
Prueba superada...y sueño cumplido!
Aterrizando encima de la terminal de Ferry...no me quiero bajar!!
El vuelo dura 16 minutos...y con la emoción cuando me doy cuenta ya nos aproximamos a la isla de Hong Kong...
Ahora entiendo porque no veía la pista cuando aterricé el otro día...
Vista aérea de los alrededores de la terminal del Ferry, con el famoso hotel-casino ¨Sands¨
Embarcando en el helipuerto de Macao
15 de Julio, 6.30 a.m., despierto de mi tercera noche en Macao. La noche anterior me acuesto pensando que me gustaría pasar el día en Hong Kong, pero como me acuesto tarde y cansada pienso que no iré. A pesar de ello, y mientras me planteo volverme a dormir, me asomo a la ventana de mi habitación y me parece ver el cielo medio despejado...Me digo a mí misma que es un buen día para volar en helicóptero y que la ocasión no se presenta todos los días, así que me ducho y me lanzo a la terminal de Ferry pensando que si me arrepiento por el camino, aún estoy a tiempo de bajar a la planta de abajo y navegar en vez de volar...
Llego a la terminal y todo resulta tan fácil y rápido que cuando me quiero dar cuenta...ya estoy montada en el helicóptero rumbo a Hong Kong.
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