Llegamos aquí con la luna en cuarto creciente meciéndose sobre el mar y la marea baja, bajísima. La orilla llena de bolsas de plástico, cuerdas, botellas rotas, zapatillas sueltas, y algún que otro pedazo de coral. Es como si hubiéramos arrastrado hasta aquí todas esas cargas y trapos sucios que nos venían acompañando en el a veces complicado camino de vivir.
La luna ha ido creciendo y la marea va subiendo, arrastrando con ella esos pedazos miserables de nuestras vidas que ya no nos pertenecen y que soltamos como lastre, para que el mar se los trague y el oceáno los pierda en su inmensidad...
1 comment:
Hola!
Me gusta sus fotos. Muy bueno su weblog porque esta interesante. Gracias. Have a great week,
Scott
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