Enorme el cambio de despertarse en Mabul a despertarse en Singapur. Uno pensaría que la ciudad le agrede, le molesta, precisamente por tratarse de un lugar donde el bullicio llena las calles y los centros comerciales...Pero nada más lejos de la realidad. Aquí en Singapur las noches son más tranquilas y las mañanas un remanso de paz cual si despertáramos en un templo. Es increíble el silencio de esta ciudad. Sin embargo, en Mabul donde aparentemente la vida pasa más despacio y más tranquila, los días vuelan, se oye contínuamente el alboroto de los niños, el ruido de los motores de los barcos pasando a toda velocidad, y últimamente, con la llegada de la estación húmeda, tormentas atronadoras que remueven nuestros sueños y nos sirven cada mañana de despertador. Y es que esta ciudad sigue envolviéndonos como la primera vez.
Esta noche salimos para Johor Bahru, ya de nuevo Malasia, a media horita en bus de Singapur para mañana por la mañana coger un vuelo que nos devolverá a nuestra querida Pulau Mabul.